Jesús M. Tibau, és un contacontes a qui li agradaria "viure del conte". No entenc que encara no s'hagi fet realitat el seu somni. Ho dic sincerament. La seva prosa és entranyable, joganera i personal; amb un estil difícil de confondre. Crec que aquesta és una de les millors característiques que pot tenir un escriptor; que no el puguin confondre amb cap altre. M'agrada endinsar-me en la lectura dels seus contes i descobrir que qualsevol part del nostre entorn pot esdevenir el protagonista. Una muntanya, una estàtua, un riu i, com no, una persona qualsevol que passegi per aquests indrets. Les seves creacions ens apropen la literatura sense adonar-nos...Com si ens mengéssim un gelat de xocolata que mai volem que s'acabi. Gràcies Jesús!
Jesús M. Tibau, es un cuentacuentos al que le gustaría "vivir del cuento". No entiendo que su sueño no se haya hecho realidad todavía. Lo digo con sinceridad. Su prosa es entrañable, juguetona y personal; con un estilo difícil de confundir. Creo que esta es una de las mejores características que puede tener un escritor; que resulte difícil confundirle con otro. Me gusta adentrarme en la lectura de sus cuentos y descubrir que cualquier parte de nuestro entorno puede ser el protagonista. Una montaña, una estatua, un río y, cómo no, cualquier persona que pasee por estos parajes. Sus creaciones nos acercan la literatura sin darnos cuenta...Como si nos comiesemos un helado de chocolate sin querer que se acabe. ¡Gracias Jesús!
Català (llegeix en Tibau)
> Castellano
LA MUNTANYA MÉS GRAN DEL MÓN
Quan feia quart d'EGB, pensava que el Montsant era la muntanya més gran del món. Ho dic així, tan tranquil, perquè sé que ningú no es riurà de mi, almenys per aquest motiu; fóra com riure's de les fantasies del xiquet que tots hem estat algun cop.
Llavors el món era petit, reclòs entre el Montsant i les Gritelles; no teníem altres punts de referència. Jugant a la Muntanyeta Plana, camí del Calvari, totes dues serres eren decorat i horitzó dels nostres dies; no és estrany, doncs, que un xiquet de l'Escuela Nacional Graduada de Cornudella pensés aquesta mena de coses. A classe hi teníem penjat un mapa físic, i un altre de polític, i també hi havia pintats a la paret el dibuix d'un dolmen i d'un menhir. Encara no havíem donat el tema del “relieve de España” i el nostre coneixement del móns es limitava a tot allò que havíem palpat amb els cinc sentits; la resta no existia o era massa lluny. La cançó d'un programa infantil de l'època deia que la Terra és un globus on vivim, i la Lluna, un que es va escapar.
Després vaig conèixer noms d'altres muntanyes, que em van semblar màgics, potents, rodons, i en vaig aprendre l'alçària, i a assenyalar-los en un mapamundi amb un petit triangle negre: Everest, Kilimanjaro, Aconcagua...Em mirava el Montsant d'una altra manera, una mica decebut al principi, per no ser el melic del món; però el fet de saber-ne la justa mesura, me'l feia mésproper. Jo tampoc no era el més alt de la classe, ni el més llest, niel que jugava millor al futbol, i per això podia comprendre perfectament els temors i anhels que devia sentir una muntanya que, quan estava ras, veia al fons de l'horitzó elscims nevats dels Pirineus.
Ara, des del terrat de casa de monspares, de vegades me'l quedo mirant, per damunt dels campanars de l'esgléssia i de les teules velles del poble. Imagino que el seu rostre cansat també m'observa, que les seves roques nues, gastades de sol i fred, tenen prou força encara, i que si alguna cau i rodola no és pel desig de deixar-se anar, sinó per les ganes de riure i córrer, com el xiquet que porto dintre.
LA MONTAÑA MÁS GRANDE DEL MUNDO
Cuando estudiaba cuarto de EGB, pensaba que el Montsant era la montaña más grande del mundo. Lo digo así, tan tranquilo, porque sé que nadie se reirá de mí, al menos por este motivo; sería como reírse de las fantasías del chiquillo que todos hemos sido alguna vez.
En aquel entonces el mundo era pequeño, recluido entre el Montsant y las Gritelles; no teníamos otros puntos de referencia. Jugando en la Muntanyeta Plana, camino del Calvari, las dos sierras eran decorado y horizonte de nuestros días; no es extraño, pues, que un chico de la Escuela Nacional Graduada de Cornudella pensara este tipo de cosas. En clase teníamos colgado un mapa físico, y otro político, y también había pintados en la pared el dibujo de un dolmen y de un menhir. Todavía no habíamos dado el tema de el relieve de España y nuestro conocimiento del mundo se limitaba a todo aquello que habíamos palpado con los cinco sentidos; el resto no existía o estaba demasiado lejos. La canción de un programa infantil de la época decía que la Tierra era un globo donde vivimos, y la Luna, uno que se escapó.
Después conocí los nombres de otras montañas, que me parecieron mágicos, potentes, redondos, y aprendí la altura, y a señalarlos en un mapamundi con un triangulito negro: Everest, Kilimanjaro, Aconcagua...Miraba el Montsant de otra manera, un poco decepcionado al principio, por no ser el ombligo del mundo; pero el hecho de saber la justa medida, hacía que lo sintiera más cercano. Yo tampoco era el más alto de la clase, ni el más listo, ni el que jugaba mejor al fútbol, y por eso podía comprender perfectamente los temores y anhelos que debió sentir una montaña que, cuando estaba raso, veía en el fondo del horizonte las cimas nevadas de los Pirineos.
Ahora, desde la terraza de casa de mis padres, a veces me la quedo mirando, por encima de los campanarios de la iglesia y de las tejas viejas del pueblo. Imagino que su rostro cansado también me observa, que sus rocas desnudas, gastadas de sol y frío, tienen aún suficiente fuerza, y que si alguna cae rodando no es por el deseo de desprenderse, sino por las ganas de reirse y correr, como el niño que llevo dentro.
En aquel entonces el mundo era pequeño, recluido entre el Montsant y las Gritelles; no teníamos otros puntos de referencia. Jugando en la Muntanyeta Plana, camino del Calvari, las dos sierras eran decorado y horizonte de nuestros días; no es extraño, pues, que un chico de la Escuela Nacional Graduada de Cornudella pensara este tipo de cosas. En clase teníamos colgado un mapa físico, y otro político, y también había pintados en la pared el dibujo de un dolmen y de un menhir. Todavía no habíamos dado el tema de el relieve de España y nuestro conocimiento del mundo se limitaba a todo aquello que habíamos palpado con los cinco sentidos; el resto no existía o estaba demasiado lejos. La canción de un programa infantil de la época decía que la Tierra era un globo donde vivimos, y la Luna, uno que se escapó.
Después conocí los nombres de otras montañas, que me parecieron mágicos, potentes, redondos, y aprendí la altura, y a señalarlos en un mapamundi con un triangulito negro: Everest, Kilimanjaro, Aconcagua...Miraba el Montsant de otra manera, un poco decepcionado al principio, por no ser el ombligo del mundo; pero el hecho de saber la justa medida, hacía que lo sintiera más cercano. Yo tampoco era el más alto de la clase, ni el más listo, ni el que jugaba mejor al fútbol, y por eso podía comprender perfectamente los temores y anhelos que debió sentir una montaña que, cuando estaba raso, veía en el fondo del horizonte las cimas nevadas de los Pirineos.
Ahora, desde la terraza de casa de mis padres, a veces me la quedo mirando, por encima de los campanarios de la iglesia y de las tejas viejas del pueblo. Imagino que su rostro cansado también me observa, que sus rocas desnudas, gastadas de sol y frío, tienen aún suficiente fuerza, y que si alguna cae rodando no es por el deseo de desprenderse, sino por las ganas de reirse y correr, como el niño que llevo dentro.
4 comentaris:
Vaja,vaja... Quina preciositat ! Separades les veus i acompanyant-se en el seu camínar descriptiu per els dos idiomes i que es confonguin i semblin una sola cosa... Un maridatge perfecte.Felicitats als dos... amics i amics meus també. Anton.
Fantàstic el conte que ja coneixia i genial la lectura de la Pilar. us aplaudeixo a tots dos.
quasi sempre que escolto els meus contes llegits en altres veus, els trobo molt millors i m'emocionen. Pilar està excel.lent en aquest cas. Gràcies
Rebaixes, Carme, Gràcies!
Ha estat un plaer, Jesús. Si el resultat et sembla satisfactori, estic més que contenta.
Gràcies!